viernes, 3 de septiembre de 2010

Funcion terapeuta de los mandalas


Función terapeuta de los mandalas:



En la cultura occidental, fue Carl G. Jung, quien los utilizó en terapias con el objetivo de alcanzar la búsqueda de individualidad en los seres humanos. los mandalas representan al ser humano. Interactuar con ellos es un poderoso instrumento para sanar las fragmentaciones psíquicas y espirituales, ayuda a manifestar la creatividad y a reconectarnos con nuestro ser esencial. Según señala Jung la producción de mándalas aparece en conexión con estados de desorientación, de pánico o, de caos psíquico y su finalidad parece ser la de convertir en orden la confusión. Esto es expresión del carácter compensatorio de la energía psíquica cuyo proceso escapa de la conciencia del paciente. Dice Jung refiriéndose a estos dibujos; "Expresan por eso la idea del refugio seguro, de la conciliación interior de la totalidad". El símbolo del mándala es considerado como señal de la culminación de éste en el que el centro del mándala correspondería al Sí Mismo. La producción espontánea de estas imágenes representa la disposición natural del individuo para conectarse con los arquetipos de lo inconsciente colectivo y expresarlos simbólicamente. Por esto mismo, muchos de los dibujos de mándalas contienen concepciones e ideas filosóficas y/o religiosas que, como tales, tienen un carácter luminoso. Esto último se advierte en la intensa carga emotiva asociada a la experiencia.


El Mandala es una herramienta para conectarse con el Universo, con la esencia de la vida… y también nos puede llevar al encuentro de nuestras más desconocidas características personales. Crear mandalas e interactuar con ellos, ya sea a través de la meditación o con la simple observación, abre puertas hasta el momento desconocidas, dejando que brote de forma libre y natural la sabiduría interior. Los mandalas son representaciones del cosmos, del origen de la vida, de la totalidad de nuestro ser. Cada persona responde a ellos instintivamente, más allá de su edad, género, raza, cultura, etc.


Los Mandalas actúan equilibrando los chakras por medio de los colores y haciendo meditar el lado lógico de nuestro cerebro a través de las formas geométricas sagradas. El Mandala enviará impulsos a la mente interna llegando a los receptores del cerebro donde se procesará y se obtendrá una reacción, cuyo propósito consiste en entender "intuitivamente" las posibilidades infinitas del subconsciente humano, permitiendo que afrontemos tales hechos y así sacar las "trabas" de nuestra mente, para poder superar todas nuestras limitaciones a nivel psicológico-espiritual y enfermedades a nivel físico. La técnica de los mandalas, promueve este tipo de trabajo interno de meditación y relajación, colaborando ampliamente en la reconstrucción de nuestras pautas internas sacándolas a la superficie para poder conocerlas, asumirlas y posteriormente curarlas.


Un Mandala siempre va a ser positivo sea cual fuere su color, pero resulta doblemente útil, cuando nosotros ya hemos localizado algún problema, y queremos atacarlo, entonces podríamos ayudarnos eligiendo algún color determinado, el cual actuaría de manera directa, acelerando el proceso de curación. Podríamos decir que el mandala es un dibujo a través del cual exponemos nuestro inconsciente. La practica nos ayuda a meditar y de esa manera a poder seguir un viaje en busca de nuestro yo.


"Solo se volverá clara tu visión cuando puedas mirar en tu propio corazón. Porque quien mira hacia fuera sueña. Y quien mira hacia dentro despierta" Carl Jung






Carl Jung dice en su libro ¨el secreto de la flor de oro¨ El símbolo mandálico no sólo es expresión sino que también tiene efecto. Reacciona sobre su autor. Antiquísimos efectos mágicos se asocian con ese símbolo, pues desciende originalmente del "círculo protector", del "círculo encantado", cuya magia se ha conservado en innumerables usos populares. La imagen tiene el objeto manifiesto de trazar un surco mágico alrededor del centro, el templo o recinto sacro de la personalidad más íntima para impedir el estancamiento o rechazar la distracción por lo externo. Las prácticas mágicas no son otra cosa que proyecciones del acontecer anímico, que hallan aquí su reaplicación sobre el alma, obrando como una especie de encantamiento de la propia personalidad; es decir, un retrotraer, sostenido y facilitado por medio del proceder gráfico, de la atención o, mejor dicho, de la participación, a un recinto sacro interno que es origen y meta del alma, y que contiene esa unidad de vida y conciencia primero tenida, perdida luego y que ha de encontrarse nuevamente...


La voluntad consciente no puede alcanzar tal unidad simbólica, pues la conciencia es, en este caso, parte. El opositor es lo inconciente colectivo, que no entiende ningún lenguaje de la conciencia. Por lo tanto, se tiene necesidad de símbolos "mágicamente" efectivos, que contengan aquellos analogismos primitivos que hablan a lo inconsciente. Sólo mediante el símbolo puede lo inconsciente ser alcanzado y expresado, por cuyo motivo jamás podrá abstenerse de símbolos. El símbolo es por un lado la expresión primitiva de lo inconsciente y, por el otro, una idea que corresponde al más alto presentimiento que le sea dado a la conciencia.


El más antiguo de los dibujos mandálicos que conozco es una llamada "rueda solar" paleolítica, que fue descubierta en Rhodesia. Está basada, de igual manera, en el número 4. Cosas que llegan tan hacia atrás en la historia de la humanidad tocan, naturalmente, las capas más profundas de lo inconsciente, y posibilitan asirlas donde el lenguaje consciente se muestra como totalmente impotente. Tales cosas no pueden ser creadas por el pensamiento, sino que deben crecer de nuevo hacia arriba desde la oscura profundidad del olvido, para expresar los presentimientos supremos de la conciencia y la intuición más alta del espíritu y, así, fundir en uno la unidad de la conciencia actual con el primitivo pasado de la vida.

origen del mandala